viernes, 9 de noviembre de 2012

El sistema educativo español está en crisis


El sistema educativo español está en crisis. Los índices de fracaso escolar son muy altos y los niveles generales que se alcanzan no son especialmente altos si los comparamos con el resto de los países europeos. Pero ¿qué falla en el sistema educativo español?

Quiza la primera causa sea que la escuela no es un espacio aislado de la sociedad y refleja los problemas de su entorno. La sociedad española no se distingue por los índices de lectura, ni por la participación de los ciudadanos en movimientos asociativos críticos. Los horarios de trabajo españoles son largos y en las ciudades los desplazamientos implican también mucho tiempo. Apenas quedan horas que dedicar a los hijos y a acompañarlos en su aprendizaje.

Pero compensar un nivel educativo deficiente con extraescolares agotadoras y deberes interminables limita el tiempo que los niños necesitan para hacer lo más importante para que puedan aprender y crecer sanos: jugar. Falta tiempo para aprender juntos y para jugar juntos descubriendo el mundo que les rodea de nuestra mano.

Por otro lado en otros países se han adaptado los programas y pedagogía a nuevas corrientes menos dirigistas. En España, a pesar presumirse una educación en la que cada niño sea atendido de forma individual y conforme a sus intereses esto no sucede. Se sigue muchas veces usando el sistema tradicional de enseñanza, con exámenes, libros de texto y repetición memorística, sin poner en la mesa de debate la posibilidad de otras alternativas. Hay poco espacio para la creatividad y la individualidad. Se puntúan contenidos y objetivos fijos. Seguimos empecinados en no introducir cambios y en no aceptar las diferentes opciones educativas.

Nuestro sistema de enseñanza es vertical. El maestro da clases magistrales o explica los contenidos de un libro que muchas veces son bastante deficientes. Generalmente cuanto “mejor” se sepa el niño lo que pone el libro mejor notá sacará y los exámenes se preparan según los contenidos del libro de forma bastante literal. Seguimos enseñando haciendo fichas, copiando los errores del dictado, leyendo el libro de texto en voz alta y exigiendo que se sepan de memoria las tablas de multiplicar.

Las sucesivas leyes de Educación no han sabido dar solución a los problemas. Éstos más bien han ido acrecentándose. Lamentablemente mientras el presupuesto que se dedique a la Educación sea tan bajo es difícil que se puedan tener los recursos necesarios para mejorar el modo de funcionamiento y el resultado.

Para lograr una enseñanza activa e individualizada hace falta, lo primero de todo, presupuesto. Presupuesto para atender a los niños con necesidades educativas especiales. Presupuesto para mantener el personal en continuo perfeccionamiento. Presupuesto para hacer que las ratio sean menores.

Soy bastante crítica con el sistema educativo español y me remito a sus bajos resultados y a los problemas serios que suceden en su seno, como son el fracaso escolar y el acoso. Por último destacar la pasividad de ciertos docentes y su escasa formación, ya que hay que estar en constante formación para poder enseñar correctamente.

 

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