Como bien han definido nuestros
compañeros de clase, en su exposición del tema del “ocio antes y ahora”, el
tiempo libre, que se dedica a actividades que no son trabajo, ni tareas
domésticas esenciales, y pueden ser creativas, pero ¡OJO! No confundir ocio con
pereza
Pues bien, esta actividad
realizada para descansar del trabajo, debería ser OBLIGADA para todos los seres
humanos.
Según escribió Aristóteles en “Ética
a Nicómaco” que las ocupaciones para contar con recursos para vivir son para
tener ocio, es decir, para la vida contemplativa, para adentrarse en el sentido
de la vida y para el conocimiento.
Desde que somos pequeños, se nos
inculcó que el trabajo es una virtud y que su contraparte, el ocio u
holgazanería, es un vicio detestable. Nos encontramos ante un sistema material
capitalista que obliga al trabajador mas y mas.
El reposo o el cese de las
actividades a lo que Aristóteles también llama “JUEGO”, proporciona alivio para
el intelecto fatigado. El “juego” es, principalmente útil en medio del trabajo.
Aprovechando que ha salido la
palabra juego, en esta reflexión y acorde a la exposición de mis compañeros,
entre el ocio de antes y el de ahora, es cierto que desde que somos niños, a lo
largo del proceso del desarrollo social y personal de estos, los padres tienen
una gran influencia decisiva. Jugando, el niño explora el ambiente,
interacciona con la sociedad y se comunica con lo demás.
Pero, también es cierto, que hoy
en día el tiempo libre de los pequeños está muy mediatizado por el tiempo libre
disponible de los padres. No hay mas que fijarse en qué tipo de ocio tienen los
niños y jóvenes de hoy en día respecto a generaciones anteriores, en la que me
incluyo.
Y parto de la siguiente pregunta
¿tendrán algo que ver las nuevas tecnologías en todo esto?
Pues algo tienen que ver. Analizando,
como he hecho anteriormente con el tema del trabajo, las nuevas tecnologías han
entrado en nuestras vidas prácticamente sin darnos cuenta. No digo que sean un
enemigo, pero, en muchas ocasiones, nos han permitido convertirnos en seres
acomodados, ya que, con las tecnologías, la vida resulta mucho mas fácil, y de
cara al futuro, aún mas.
Otra pregunta que me planteo es ¿Cuánto
niños de hoy en días salen a la calle a jugar con sus vecinos o amigos?
Tal y como afirma en un artículo
Sonia Ramírez, 1 de 4 niños juegan fuera de casa. Los niños de hoy en día se
les podrían llamar “la generación de interiores”. En la actualidad, cualquier
momento que tienen libre, lo ocupan en ver la TV, jugar al ordenador o con
cualquier otro dispositivo electrónico en casa.
Vale, acepto que los tiempo han
cambiado, y los niños ya no es común que suban a los árboles, que pasen la
tarde en el patio con los vecinos o corran por el parque sin cesar. Pero lo que
también es impresionante, es que tampoco están muy habituados a jugar al
futbol, montar en bici o realizar actividades en el aire libre
(investigaciones aportan los siguientes
datos: los niños de hoy en día pasan 16 horas viendo la televisión o tirados en
el sofá, frente a 8 horas andando por la calle).
Como futuros docentes de
Educación Física, debemos tener en cuenta que las tecnologías se expanden a la
velocidad de la luz, por ello desde la escuela o las actividades deportivas
extraescolares, debemos fomentar el deporte y una vida saludable sana,
permitiendo que la tecnología actúe como complemento de ésta y no la anule en
ningún caso.
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